lunes, 10 de marzo de 2008

Palabras ajenas: ¿Yo pienso?

Con toda sinceridad voy a dejar de disculparme por atrasarme con los comentarios del sábado, decididamente es una posición muy difícil actualizar el blog un día en que debo conectarme desde un café Internet y que para rematar, últimamente he tenido el tiempo reducido, debido q que extrañamente siempre tengo algo que hacer los sábados (me siento hasta extraño, eso de socializar es algo nuevo para mi).

En todo caso aquí vengo con un nuevo palabras ajenas, que en esta ocasión lleva un agradecimiento especial a mi amiga Marcela, que me obsequio el libro del que saque la cita en cuestión, La cita proviene del libro “Más allá del bien y del mal”, su autor es Friedich Nietzsche, la traducción de EDIMAT Libros S.A., de su colección clásicos de la literatura, y es el numeral 17.

“Respecto a la superstición de los lógicos, no me cansare nunca de insistir en un hecho pequeño y escaso, que esos supersticiosos reconocen a regañadientes: que un pensamiento viene cuando “el” quiere y no cuando “yo” quiero; deforma que se falsea la realidad cuando se dice que el sujeto “yo” es la condición del predicado pienso, pero que ese “ello” sea precisamente el antiguo y famoso “yo” no es mas que una hipótesis, por decirlo con moderación, una aseveración, y, por encima de todo, no se trata de una “certeza inmediata”. En resumidas cuentas, afirmar “ello piensa” ya es decir demasiado, pues ese “ello” implica una interpretación del proceso y no forma parte de el. En este caso el razonamiento responde a esa rutina gramatical según la cual “pensar es una acción; en toda acción interviene un agente, luego…” Según un esquema parecido, el atomismo antiguo unía la “fuerza” actuante con ese trocito de materia en el que reside esa fuerza y desde la cual actúa, al que llamó “átomo”. Cerebros mas rigurosos han terminado prescindiendo de ese “residuo terrestre”, y tal vez llegue un día en que todos, incluidos los lógicos, se acostumbraran a prescindir de ese pequeño “ello” al que ha quedado reducido, tras volatilizarse, el venerable y antiguo yo.”

El texto de Nietzsche en sus primeros puntos se trata en su mayoría de desmentir mucho aspectos de otras filosofías, y como podemos ver en este caso se dirige a los lógicos, atacando un postulado esencial, el “yo” pienso, pero como el escrito validamente argumenta, en realidad “yo” no puedo tener una idea o pensamiento cuando yo lo deseo, sino cuando el pensamiento aparece en nuestra mente, cosa que no siempre sucede en un momento oportuno.

La misma expresión nos arranca una sonrisa de los labios, ya que todos podemos identificarnos con la situación de tener una idea que consideramos genial en un momento inesperado y en cambio, cuando nos enfocamos en recibir algún poco de iluminación el resultado es prácticamente nulo, podríamos darle la razón a Nietzsche en este punto, y la verdad es que su afirmación es bastante reconocida, pero eso solo nos plantea mas dudas con respecto a el pensamiento y la misma existencia.

Mas adelante compartiré con todos mas extractos de este libro, y esperemos obtener la aclaración a muchas de las dudas que nos vienen luego de meditar un poco en el asunto.

1 comentario:

Maheba dijo...

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que bueno que te ha gustado (?) el libro Josito! ^^ luego cuando tenga ganas de analizar las filosofías me lo prestas? XD

Jajaja eso de cuestionar el pensamiento como algo que podemos decidir explica muchas cosas, como por ejemplo xq si estás programando y no se te ocurre cómo hacer una cosa...te vas y te sientas a tomar un café o te metés al baño y allí (inoportuno pensamiento) se te viene la idea ^^

También explica misterios como el de las mentes gráficas u.u y xq no podemos evitar esas cosas que nos dan asco o repulsión ...e igual aparecen..


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PD: no te preocupes por lo de los sábados...eres niño bien portado y ocupado...

PD2: socializar xD *0*


Xoxo's