sábado, 19 de enero de 2008

Palabras ajenas: La comunidad de nuestro interior.

En esta ocasión para esta entrada citare un texto sacado de uno de mis relatos favoritos de Robert Louis Stevenson, autor de “La Isla del Tesoro” y “el extraño caso del Doctor Jekyll y Mister Hyde”, la cita corresponde a este ultimo libro, que a pesar de que es una obra de suspenso mezclada con elementos fantásticos, nos presenta una inquietud filosófica que realmente nos empuja a cuestionarnos al respecto. Pensaba colocar un breve resumen para ubicar al lector en los acontecimientos que llevan a la cita, pero desistí de la idea debido a que esto revelaría casi toda la trama y seria mejor si dedican tiempo en leer esta gran historia. A continuación presento el extracto, que pertenece al ultimo capitulo de la obra, lo tomo de la versión editada por el Grupo Nación, de Costa Rica, como parte de su colección “Leer para Disfrutar”.

“Aunque era tan arraigada mi costumbre de jugar a dos barajas, jamás fui hipócrita en ningún sentido; yo era sincero en los dos aspectos de mi vida; era tan yo mismo cuando daba de lado toda moderación y me revolcaba en el fango, como cuando trabajaba a la luz del día por difundir los conocimientos o por aliviar los sufrimientos y los pesares. Y sucedió que mis estudios científicos mismos, que estaban encaminados hacia lo místico y lo trascendental, arrojaron una intensa luz sobre la conciencia que yo tenía sobre la guerra permanente que sostenían las dos partes de mi yo. De esta manera me fui acercando todos los días, y desde ambos extremos de mi inteligencia, a la verdad cuyo parcial descubrimiento me ha arrastrado a un naufragio tan espantoso: que el hombre no es realmente uno, sino dos. Y digo dos porque al punto donde han llegado mis conocimientos, no puede pasar de esa cifra. Otros me seguirán, otros vendrán que me dejaran atrás en este mismo camino; y me arriesgo a barruntar que acabará por descubrirse que el hombre es una simple comunidad de personalidades independientes, contradictorias y variadas. En cuanto a mí, debido a la naturaleza de mi vida, avanzaba infaliblemente en una dirección única y tan solo en una. Estudiando el lado moral de mi propia persona, si en verdad se podía afirmar que yo era una y otra de las dos naturalezas que luchaban entre si en el campo de mi conciencia, esto ocurría precisamente porque estaba identificado de un modo radical con las dos; desde una época temprana, aun antes de que el curso de mis descubrimientos científicos empezase a dejarme entrever la clara posibilidad de semejante milagro, había prendido a recrearme, como si soñara despierto, con el pensamiento de la separación de ambos elementos.”

Como podemos leer en el fragmento, las obra nos presenta un elemento claramente interesante, la posibilidad de que en nuestro interior, en lugar de una sola, sean múltiples las existencias, muchas personalidades en un solo cuerpo, que cada quien usa cuando le resulta conveniente, como buenos animales sociales que somos. El señor Stevenson nos plantea a través de las palabras del Doctor Henry Jekyll una división del ser con base a la moral, un lado de el recatado, generoso, diligente y por otro lado un ser ávido de satisfacción y carente de remordimiento, pero los seres humanos no solo podemos fragmentar nuestro yo por la moral, la mente humana es increíblemente compleja, constantemente se enfrenta al reto de reinventarse para poder hacer frente a las situaciones que le plantea la sociedad.

En esta era de la información podemos observar de manera muy sencilla este fenómeno de duplicidad o multiplicidad, las personas ahora pueden comunicarse con otras sin mostrar sus apariencias y se toman licencias sobre su persona, creando una personalidad sintética que en muchos casos difiere de la personalidad real, yo mismo admito que mi Yo virtual, al que llamo Tanatos, cuenta con muchas diferencias con respecto a José Pablo. Solo hay que entrar a comunidades virtuales y veremos que los usuarios crean existencias virtuales completas, con sus otros yo, haciendo realidad hasta cierto punto el sueño del Doctor Jekyll de separa ambos elementos.

Como último comentario me gustaría decir que el hecho de que todos nosotros tengamos diferentes yo es algo normal, yo mismo lo considero algo positivo, pero lo más importante es que debemos interiorizarnos y reconocer como son esas otras facetas. Podría llegar a suceder que nuestras personalidades se enriquezcan entre si al conocer aspectos de cada una, de todos modos, las comunidades crecen a medida que los miembros comparten entre si.

2 comentarios:

Maheba dijo...

n.n

Está simpática la reflexión de ese escritor Josito, se nota que el hombre tiene una diasociación grande con respecto a todo lo que es el ente humano más en su personalidad y en su ente espiritual. Creo que tiene mucha razón, no somos sólo lo que mostramos, sino que también somos muchas cosas, cosas que nunca mostramos, o dependiendo de las personas que nos rodean les damos una personalidad, y a otros otra, no es ser hipócrita, es sólo que las situaciones del entorno se prestan más para que algunas partes de nuestro ente se reflejen, y otras no.

Saludos Josito! *0* kero galletas xD

a@a.com dijo...

yep

Lo mismo lo decía Herman Hesse, que dentro de nosotros no existe una única personalidad.

en El Lobo Estepario plantea que tenemos algo así como un centenar de componentes dentro nuestro que podemos reorganizar y formar una nueva personalidad dependiendo de la situación....

o algo así.